Arco del triunfo
Napoleón Bonaparte estaba decidido a construir este arco tras su victoria en la batalla de Austerlitz (1805), cuando les prometió a sus hombres: «Volveréis a casa bajo arcos triunfales». Inicialmente Napoleón deseaba que se construyera en la plaza de la Bastilla, al este de París, que era por donde los ejércitos iban a volver de la guerra. Mediante un decreto imperial de fecha 18 de febrero de 1806, ordenó la construcción de este arco triunfal dedicado a perpetuar la memoria de las victorias de los ejércitos franceses. Fue diseñado por Jean Chalgrin y Jean-Arnaud Raymond, inspirados en el Arco de Tito de Roma, y alcanza una altura de 49 metros y 45 de anchura. En tiempos de Luis XV, medio siglo antes, estuvo proyectado otro monumento en la misma localización, un elefante de más de 50 metros que expulsase un chorro de agua por la trompa, pero su construcción fue desestimada. Dentro del Arco se encuentra un museo que explica su historia y construcción. Es posible subir al techo, desde donde se puede disfrutar de una vista panorámica de algunos de los lugares turísticos más famosos de París. El Arco del Triunfo forma parte de los monumentos nacionales que poseen una fuerte carga histórica. A sus pies se encuentra la Tumba del Soldado Desconocido de la Primera Guerra Mundial, en cuya superficie hay una inscripción: ICI REPOSE UN SOLDAT FRANÇAIS MORT POUR LA PATRIE 1914-1918 («Aquí yace un soldado francés muerto por la Patria 1914-1918») y una llama continuamente encendida que las asociaciones de antiguos combatientes o de víctimas de guerras reavivan todos los días a las seis y media de la tarde, conmemorando su recuerdo, que es revivido cada 11 de noviembre, aniversario del armisticio firmado en 1918 entre Francia y Alemania y que puso fin a la Primera Guerra Mundial decidió enterrar al soldado bajo el Arco de Triunfo. El féretro se trasladó a la capilla de la primera planta del Arco el 10 de noviembre de 1920, dejándolo finalmente en su lugar de descanso el 28 de enero de 1921. El 11 de febrero de 2008, se inauguró una exhibición permanente dentro del monumento concebida por el artista Maurice Benayoun y el arquitecto Christophe Girault, que reserva un lugar importante a la información multimedia. Titulada Entre guerres et paix («Entre guerras y paz»), propone una lectura de la historia del monumento tomando en consideración la evolución de su simbolismo hasta la actualidad, momento en el que el diálogo y la reconciliación se imponen frente la confrontación armada.